Ganas de aprender. No puede de entenderse de otra manera que
el lunes y el martes, más de cincuenta personas permanecieran, desde las 16, 30
de la tarde, hasta bien entrada las 22,30, disfrutando de las dos primeras
sesiónes de la Macro Cata de Monastrell, que seguirá realizándose hoy martes y
mañana miércoles, organizada por la Asrm, en Restaurante El Churra y la empresa
Gastrólogos.
11 bodegas, 34 vinos, 31 tintos tranquilos y 3 vinos dulces,
cuatro denominaciones de origen, 3 vinos catados en exclusiva mundial en la
primera sesión. Una oportunidad única que propició el acercamiento a vinos de
añada reciente, 2013, o ensoñaciones del 2005 , que presenta bien a las claras
el comportamiento de esa uva solar que envejece con unos niveles de calidad y
seguridad que muestran el trabajo de muchos de éstos bodegueros que han ido
creando una manera diferente y nueva de entenderla. Trabajo que se verá
ampliado con la presencia del martes de ocho bodegas y hoy miércoles de 10
bodegas más.
La Monastrell se ha alejado de aquél tópico ofensivo y
realista de los chistes de Forges para mostrar que el trabajo técnico y el
acercamiento a la tierra son el camino obligatorios para poder conseguir unos
resultado que vayan dando naturaleza de estrella y vino respetado a un esfuerzo
que en los últimos años comienza a ser mundial.
Ahora es tiempo de que nosotros creamos en lo que tenemos
cerca, la bebamos, la enseñemos a beber y tengamos la posibilidad de mostrar su
realidad.
Nombres fundamentales para conocer la realidad de ésta uva
que trajeron a España los fenicios, que se asentó en el levante, y desde
Sagunto se conoce con el antiguo nombre de la población, Morverdre. Bodegas
como Casa Castillo, Enrique Mendoza, El Nido o Castaño, que ya han conseguido
volver realidad el deseo de que las producciones del sureste español sean
respetadas y admiradas por especialistas y aficionados a éste mundo tan intenso
que ha comprendido que el trabajo en el
campo y el cuidado de la viña es el primer paso para conseguir un producto
total. Excepcional. Que puesto sobre la mesa de carta, o en restaurantes y wine
bar del mundo muestran las características y emociones de los distintos
terruños donde se cultiva.
Hoy en día la Monastrell, mouviedre, vermeta, mataró, entre
alguno de sus muchos nombres como se conoce a ésta uva de piel azulada, no solo
se cultiva en el sureste, donde las D.O de Jumilla, Yecla y Bullas marcan un
estilo muy concreto, sino que se expando a la cercana Alicante, al Empordá o Alella,
a Francia, California, Australia. Y ya no son solamente los vinos tintos los
que consiguen el reconocimiento, sino los preciados rosados de Bandol y sus
colores pálidos, o los distintos vinos espumosos que cada vez con mayor acierto
se elaboran y merecen medallas en concurso mundiales.
La Monastrell es parte del sentido de un sureste que tiene
grandes cosas que contar al mundo, y comienza a haber una colección de
productores que hacen grandes su pasado. Es hora de irla conociendo en profundidad.
Saldremos ganando todos. Ya no podemos tener más complejos. Nuestros productos
demuestran que pueden envejecer con una calidad memorable, consiguiendo productos
hasta ahora nunca pensados. Catas como ésta, intensas, largas y destripadoras,
evidencian que vamos por un gran camino. El de hacer que muchos de los que hoy
trabajan con y para el vino, aprecien y se sientan satisfechos sabiendo que la
uva por la que tantos esfuerzos realizan, consigue resultados intrigantes.
El computo final de ésta cata son que treinta bodegas, más de cien vinos probados entre rosados, tintos y vinos dulces. De Alella a Yecla, pasando por Bullas, Alicante, Jumilla. Vinos que muestran el pasado, el presente y el futuro de una uva que habla de sureste. Un espectáculo para confiar aún más en el mundo del vino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario