miércoles, 4 de junio de 2014

Tres días de catas con la Monastrell.








Ganas de aprender. No puede de entenderse de otra manera que el lunes y el martes, más de cincuenta personas permanecieran, desde las 16, 30 de la tarde, hasta bien entrada las 22,30, disfrutando de las dos primeras sesiónes de la Macro Cata de Monastrell, que seguirá realizándose hoy martes y mañana miércoles, organizada por la Asrm, en Restaurante El Churra y la empresa Gastrólogos.

                                  




11 bodegas, 34 vinos, 31 tintos tranquilos y 3 vinos dulces, cuatro denominaciones de origen, 3 vinos catados en exclusiva mundial en la primera sesión. Una oportunidad única que propició el acercamiento a vinos de añada reciente, 2013, o ensoñaciones del 2005 , que presenta bien a las claras el comportamiento de esa uva solar que envejece con unos niveles de calidad y seguridad que muestran el trabajo de muchos de éstos bodegueros que han ido creando una manera diferente y nueva de entenderla. Trabajo que se verá ampliado con la presencia del martes de ocho bodegas y hoy miércoles de 10 bodegas más.


                                   

La Monastrell se ha alejado de aquél tópico ofensivo y realista de los chistes de Forges para mostrar que el trabajo técnico y el acercamiento a la tierra son el camino obligatorios para poder conseguir unos resultado que vayan dando naturaleza de estrella y vino respetado a un esfuerzo que en los últimos años comienza a ser mundial.

                                      

Ahora es tiempo de que nosotros creamos en lo que tenemos cerca, la bebamos, la enseñemos a beber y tengamos la posibilidad de mostrar su realidad.

                                    

Nombres fundamentales para conocer la realidad de ésta uva que trajeron a España los fenicios, que se asentó en el levante, y desde Sagunto se conoce con el antiguo nombre de la población, Morverdre. Bodegas como Casa Castillo, Enrique Mendoza, El Nido o Castaño, que ya han conseguido volver realidad el deseo de que las producciones del sureste español sean respetadas y admiradas por especialistas y aficionados a éste mundo tan intenso  que ha comprendido que el trabajo en el campo y el cuidado de la viña es el primer paso para conseguir un producto total. Excepcional. Que puesto sobre la mesa de carta, o en restaurantes y wine bar del mundo muestran las características y emociones de los distintos terruños donde se cultiva.
                                                 

Hoy en día la Monastrell, mouviedre, vermeta, mataró, entre alguno de sus muchos nombres como se conoce a ésta uva de piel azulada, no solo se cultiva en el sureste, donde las D.O de Jumilla, Yecla y Bullas marcan un estilo muy concreto, sino que se expando a la cercana Alicante, al Empordá o Alella, a Francia, California, Australia. Y ya no son solamente los vinos tintos los que consiguen el reconocimiento, sino los preciados rosados de Bandol y sus colores pálidos, o los distintos vinos espumosos que cada vez con mayor acierto se elaboran y merecen medallas en concurso mundiales.

                                         


La Monastrell es parte del sentido de un sureste que tiene grandes cosas que contar al mundo, y comienza a haber una colección de productores que hacen grandes su pasado. Es hora de irla conociendo en profundidad. Saldremos ganando todos. Ya no podemos tener más complejos. Nuestros productos demuestran que pueden envejecer con una calidad memorable, consiguiendo productos hasta ahora nunca pensados. Catas como ésta, intensas, largas y destripadoras, evidencian que vamos por un gran camino. El de hacer que muchos de los que hoy trabajan con y para el vino, aprecien y se sientan satisfechos sabiendo que la uva por la que tantos esfuerzos realizan, consigue resultados intrigantes.


                                     

El computo final de ésta cata son que treinta bodegas, más de cien vinos probados entre rosados, tintos y vinos dulces. De Alella a Yecla, pasando por Bullas, Alicante, Jumilla. Vinos que muestran el pasado, el presente y el futuro de una uva que habla de sureste. Un espectáculo para confiar aún más en el mundo del vino.

                                        

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