viernes, 23 de mayo de 2014

EL TRASMISOR DEL MÉTODO

GASTROGURÚ 35

PACO TORREBLANCA 
MAESTRO PASTELERO

Fotografía: Elwin Gorman




Pese a la desbordante capacidad imaginativa y emocional que dispuso el movimiento de la cocina de vanguardia en España en sus inicios, necesitaba de un domador de impulsos para volver reflexivos y constantes los latidos por generar nuevas propuestas y dirigir el  camino creativo hacia unas reglas estrictas que propiciaran la transformación  del momento creativo en hábito. 

Como señala con precisión la acepción de la RAE, el método es esa “obra que enseña los elementos de una ciencia o arte”. Y método es lo que éste pastelero universal, nacido en Villena en 1951, ha regalado no solo a quien han seguido su misma escuela, sino a cientos de cocineros, comenzando por Ferran Adriá y parte de su equipo, que se  han acercado hasta su taller escuela para comprender cuales son las vías que utiliza para evolucionar.

Torreblanca ha ido afinando la idea de que la línea que separa las creaciones dulces de las de la cocina salada es más fina y cada vez más invisible y permeable, que muchas de las técnicas y maquinarias que hasta hace unos años sólo se practicaban en el mundo de la pastelería ya se usan con toda naturalidad en el mundo salado. Y ese reconocimiento por quien siempre ha sido la estrella del mundo culinario va ampliando la posición y las miras sobre un mundo que ha estado más relegado a momentos puntuales. A disfrutes de felicidad casi secretas. Porque a nadie amarga un dulce.

La figura de éste pastelero se hizo verdaderamente popular con la creación del pastel de bodas para el príncipe Felipe en el año 2004. Un bizcocho de aceite de oliva que sostenía una Gianduja de avellanas piamontesas, pieza que a partir de ese momento se conoció como Gianduja real. Y que ampliada su figura por las múltiples apariciones en congresos, ponencias, y últimamente en programas de televisión, han hecho de Paco Torreblanca  una figura mediática, querida y muy valorada por la gente de su profesión.

Gracias a toda ésta avalancha de información, tanto en el mundo profesional, como en el mundo del comensal, han ido ampliándose los conocimientos y a mayor cultura, hay una mayor valoración por parte del cliente del trabajo del profesional. Que nunca puede perder sus raíces, y debe de hacer que deje de mirarse el ombligo para ser capaz de crecer con la utilización de productos mundiales y técnicas que día a día van apareciendo.

El sacrificio es la base del trabajo. El rigor el de la investigación. La disciplina un elemento para el crecimiento. Apasionarte por el trabajo  una de las espinas dorsales de la formación y las escuelas deben de hacer que el concepto tiempo se olvide, porque para que el trabajo esté bien hecho no hay reloj que lo mida.

La capacidad de trasmitir conocimiento que tiene Torreblanca está casi a la par  con la que posee de estudio. Su formación artística como escultor le ha ayudado a convertirse en una referencia dentro de la elaboración de piezas en azúcar o chocolate. Hace sencillo lo complicado. Abre fronteras de pensamiento y practica la fusión de productos para generar un mundo más libre, feliz y culto.

Paco Torreblanca se ha convertido no sólo un clásico en vida, sino un método que todos los que quieran crear debe aprender a seguir, porque solo así fundamentaran sus trabajos.






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